Embajadorcita #1: ¿Papá?.
Embajador: Mmsiii.....
Embajadorcita #1: ¿Porqué San Pedro negó al Señor tres veces?.
Embajador: Porque si.
Embajadorcita #1: No, en serio......
Embajador: En serio, porque si.
Embajadorcita #1: Pero, ¿Porqué no fueron dos o cuatro o siete?.
Embajador: Porque por alguna buena razón que Dios sabe y yo no, tenían que ser tres.
Embajadorcita #1: ¿Sabes lo que se me ha ocurrido?.
Embajador: (Para si- "Agárrate que viene curvas"). No, ¿que se te ha ocurrido?.
Embajadorcita #1: El número tres aparece por todos sitios en el Evangelio- y empieza a citarme una larga lista de casos- obviamente hace referencia a la Santísima Trinidad. Luego, si San Pedro negó tres veces, fue porque estaba negando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. ¿Que te parece?.
Embajador (recogiendose un poquito de baba que se le derramaba por la comisura del labio): Bien, bien, parece que tiene sentido la cosa.
Total que andaba yo dándole vueltas sobre a quien de la familia había salido esta hija mía con su constante necesidad de sacarle la quinta derivada a todo. Y sucedió que en la comida que siguió a la Misa de Mártires, andaba mi hermano (y ahijado) explayándose y defendiendo la teoría de Seneka según la cual los pueblos hispánicos son la continuación teológico-histórica del Pueblo de Israel. El ambiente andaba caldeado, como es lógico, puesto que había carlistas decididamente a favor de la teoría y carlistas furibundamente en contra de la herejía. Centristas había pocos. En esto que mi hermano decidió dar un puñetazo en la mesa para zanjar la discusión y dijo:
Hermano: A ver, ¿quienes eran los tres discípulos favoritos de Nuestro Señor?
Carlista #1: ¡Pedro, Juan y Santiago!.
Hermano: ¡Muy bien, punto para el caballero!. Y, ¿qué le dio Nuestro Señor a Pedro?
Carlista #2: La Iglesia y las llaves del Cielo.
Hermano: ¡Excelente!, os veo enterados. Y, ¿qué le dio a Juan?.
Carlista #3: ¡A Nuestra Madre la Virgen.!
Hermano: ¡Perfecto!. Je, je. Y.....- muy despacio- ¿que le dio a Santiago?.
Carlista #4: ¡¡¡¡España, coño, España!!!
Hermano: ¡Pues claro! ¿No lo entendéis?. ¡Somos la continuación del Pueblo de Israel!.
Que bien nos lo pasamos
echando migas a los paaaaaatos,
que bien nos lo pasamos
echando migas a los paaaaaatos.
Y cuantas más migas echamos,
mejor nos lo pasamos.
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